Un milagro es un pensamiento amoroso y concreto que viene departe de Dios a corregir un pensamiento concreto, errado.
En el sueño parecen ser necesarias las correcciones concretas al habernos fabricado un mundo aparentemente concreto.
Por ejemplo; si creo que carezco de algo en el mundo, que me falta algo que no tengo y que aparentemente quiero tener, es porque me siento necesitado, falto de "algo"y creo que el mundo de la forma me lo puede dar y que ello me va a satisfacer.
El milagro que corrige este pensamiento, es concreto; allí donde creía que me faltaba algo, el milagro le recuerda a mi mente, que soy abundante, que lo tengo Todo en Dios, porque Él me creó Completo, le recuerda a mi mente que al Hijo De Dios nunca puede faltarle nada y Yo (Tú, Todos), soy Su Hijo.
Cuando intercambio la idea de carencia por la de abundancia, sano mi mente al unificarla con el Espíritu Santo, pues mi mente estaba dividida al yo haber querido creer poder crear por mi cuenta sin contar con Dios.
Al creer que podía separarme de Él y crear sin Amor, sin llenura, sin Compleción, inventé su opuesto, la carencia, el vacío, la falta de Amor y me sentí necesitado, carente, pobre.
El milagro es el Pensamiento concreto que le devuelve a mi mente el recuerdo de que sigo siendo el abundante Hijo de Dios, tal como Él me creó.
La Expiación es el deshacimiento total del sueño de conflicto y miedo, es la idea del Amor perfecto. La Expiación engloba todos los milagros en sí, ya que los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón, que una vez completa, es la Expiación.
Nuestra función aquí es aceptar la Expiación para nosotros mismos y para toda la filiación. Aceptar el Amor perfecto y no aceptar nada que contradiga la Verdad.
Los milagros nos dirigen a la Expiación, "la Expiación es el último milagro, y cualquier clase de curación, es su resultado".
El Maestro nos exhorta a entregar a la Expiación todo pensamiento que no concuerde con la Verdad de lo que somos y de donde nos encontramos. Así deshacemos el sistema de pensamiento del ego que inventamos, y finalmente nos liberarnos a nosotros mismos, con la Ayuda del Espíritu Santo, de las cadenas autoimpuestas.
Un milagro es un pensamiento amoroso y concreto que viene departe de Dios a corregir un pensamiento concreto, errado.
En el sueño parecen ser necesarias las correcciones concretas al habernos fabricado un mundo aparentemente concreto.
Por ejemplo; si creo que carezco de algo en el mundo, que me falta algo que no tengo y que aparentemente quiero tener, es porque me siento necesitado, falto de "algo"y creo que el mundo de la forma me lo puede dar y que ello me va a satisfacer.
El milagro que corrige este pensamiento, es concreto; allí donde creía que me faltaba algo, el milagro le recuerda a mi mente, que soy abundante, que lo tengo Todo en Dios, porque Él me creó Completo, le recuerda a mi mente que al Hijo De Dios nunca puede faltarle nada y Yo (Tú, Todos), soy Su Hijo.
Cuando intercambio la idea de carencia por la de abundancia, sano mi mente al unificarla con el Espíritu Santo, pues mi mente estaba dividida al yo haber querido creer poder crear por mi cuenta sin contar con Dios.
Al creer que podía separarme de Él y crear sin Amor, sin llenura, sin Compleción, inventé su opuesto, la carencia, el vacío, la falta de Amor y me sentí necesitado, carente, pobre.
El milagro es el Pensamiento concreto que le devuelve a mi mente el recuerdo de que sigo siendo el abundante Hijo de Dios, tal como Él me creó.
La Expiación es el deshacimiento total del sueño de conflicto y miedo, es la idea del Amor perfecto. La Expiación engloba todos los milagros en sí, ya que los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón, que una vez completa, es la Expiación.
Nuestra función aquí es aceptar la Expiación para nosotros mismos y para toda la filiación. Aceptar el Amor perfecto y no aceptar nada que contradiga la Verdad.
Los milagros nos dirigen a la Expiación, "la Expiación es el último milagro, y cualquier clase de curación, es su resultado".
El Maestro nos exhorta a entregar a la Expiación todo pensamiento que no concuerde con la Verdad de lo que somos y de donde nos encontramos. Así deshacemos el sistema de pensamiento del ego que inventamos, y finalmente nos liberarnos a nosotros mismos, con la Ayuda del Espíritu Santo, de las cadenas autoimpuestas.